En dos semanas veremos cómo les fue con otro remake moderno de un gran clásico, en esta ocasión, una de mis películas preferidas de cuando era niño, “Clash of the Titans” de 1981, el año en que nací. En general, no me emocionan para nada los remakes, ni espero nada especial de éste en particular, más allá de una película palomera de acción, con un técnicamente bien ejecutado CGI. Podría hablar de cómo ya se acabaron las ideas de Hollywood, o de cómo se modernizan ideológicamente las películas anteriores, para apelar al público actual y explotar aún más una franquicia enterrada. Pero a mí lo que me interesa es la animación, pues era lo que me gustaba de la original y es lo que me interesa ahora. Como en todo, yo lo que recuerdo son los monstruos.
En el gran clásico, todas las criaturas y su animación corrían a cargo de Ray Harryhausen, referencia obligada para la historia de la animación en stop-motion. La imaginación de mucha gente de esas generaciones, que veían estas películas en la televisión durante su infancia, quedó marcada por la obra de Harryhausen, principalmente por su trabajo, entre muchas más, en dos películas, la mencionada anteriormente y la también genial aunque muy anterior “Jason and the Argonauts” de 1963. Estos dos largometrajes, cada uno en su momento llevaron la integración del stop-motion con la acción real a niveles muy altos para su época, marcando un hito en la historia de la animación de personajes fantásticos en el género del cine de aventuras, y dejando huella en las imaginaciones de las generaciones que crecimos con ellos.
¿Cómo olvidar las criaturas mágicas de Harryhausen? El ejército de esqueletos contra los que pelea Jason. Los escorpiones gigantes. Perseo cabalgando en Pegaso. Calibos el monstruo del pantáno. El búho mecánico que los ayuda a encontrar el rumbo. ¡El temible Kraken! Son imágenes grabadas en mi memoria, de una época más sencilla, en la que era válido soñar, y también se valía tener pesadillas.
¿Y qué podemos esperar de la nueva versión, en materia de animación de criaturas? Habiendo superado técnicamente la integración de la acción real con el CGI, al menos esperamos que se vea “bien”. Pero ¿habrán tomado algún riesgo en sus diseños, sabiendo que el hiperrealismo es la norma de la película? ¿Se habrán mantenido fieles a la tradición de Harrihausen, a la aventura original? ¿Serán efectivos en sus objetivos narrativos? ¿Darán miedo, provocarán ansiedad? ¿Risa tal vez?
La secuencia que me ponía más nervioso, sin duda, era la de Medusa, tal vez simplemente por el planteamiento psicológico de la batalla a enfrentar (no poder ver directamente al enemigo en ningún momento), pero también por el diseño espeuznante del monstruo. Medusa se deslizaba entre columnas, ruinas y héroes petrificados mientras su cabello-culebras se movían de forma espantosa, mientras yo, apenas un niño, volteaba la vista y pensaba en formas de atacarla sin tener que verla, de mostrarle su propio reflejo y decapitarla, para gritarlas a nuestro héroe en la pantalla. Ese monstruo cumplía. Uno olvidaba rápidamente que se trataba de un “efecto especial”, cómo solían llamarle, y pensaba, nervioso en el peligro inminente. Quiero sentir eso otra vez. ¿Podré?
El gran reto de la animación en este caso, en mi opinión, es impactar la memoria. Y aquí es donde triunfaron las criaturas de Ray Harryhausen, podría apostarlo, en la memoria de las generaciones a las que fascinaron, en garantizar su recuerdo para la posteridad. Por alguna razón, siento casi imposible que un monstruo actual en CGI se quede en la memoria tantos años como alguno de los mencionados. Tal vez sea porque estamos acostumbrados a haberlo visto prácticamente todo, o porque hemos perdido algo de nuestra inocencia. Después de todo, ¿qué criatura mitológica o fantástica podría sorprendernos ahora y poblar nuestras fantasías y pesadillas para los años por venir?
Aquí la escena original de la batalla contra Medusa, para reactivar la memoria un momento. Después, algunos segundos, liberados como parte de la promoción de su estreno en dos semanas, de la nueva versión de la misma batalla. Medusa en CGI, mucho más ágil, rápida y violenta en la superficie. Dudo, aún sin haber visto la película, si llegará a ser igual de memorable. Veremos.