Chico y Rita

Una historia de amor nace en un salón de baile de La Habana a fines de la década de los 40’s. Chico, un talentoso pianista enamorado del jazz, encuentra con su mirada a Rita, la bella cantante del lugar, mientras ella interpreta una cautivante balada. A partir de allí, con el paso de los años su historia de amor se enciende y apaga intermitente, como sus fructíferas carreras musicales, juntándolos y separándolos mientras recorren el mundo viviendo música, fama y amor. Cuando el jazz estremece la escena musical occidental, la revolución hace lo propio con la isla caribeña, y ambos eventos determinarán el destino de esta siempre imposible pareja.

La aclamada “Chico y Rita” es el primer largometraje de animación del director Fernando Trueba, en esta ocasión unido por la cadera al diseñador e ilustrador Javier Mariscal. Estos dos pesos pesados de la industria del entretenimiento española unieron fuerzas con el primero filmando la película casi completamente en video, y el segundo diseñando todo el estilo visual de la película, antes de disponerse a rotoscopiar y animar juntos la monumental producción, enorme para los estándares de la industria de animación europea.

Sin duda, además del precioso estilo visual logrado por Mariscal, lo que más llama la atención es la selección musical y la banda sonora. Con música original de Bebo Valdés y utilizando grandes piezas del jazz de Dizzy Gillespie, Charlie Parker, Thelonius Monk y otros grandes, no queda más opción que rendirse a este festín de estímulos visuales y sonoros. Incluso si la historia pierde fuerza y las actuaciones parecen acartonadas por momentos (probablemente aprendizaje por ser la primera aventura animada de Trueba), la música y los visuales son suficientes para vender y comprar la historia de amor condenado y perderse en la atmósfera prometida, la Cuba pre y post-revolucionaria y la burbujeante y seductora escena musical de Nueva York en la glamorosa época representada.

Sin ser la mejor película, “Chico y Rita” se trata indudablemente del tipo de proyecto cinematográfico diferente que vale muchísimo la pena en esta época de fórmulas repetidas hasta el cansancio. Lamentablemente, sigue siendo demasiado costoso producir este tipo de películas como para que aumenten en volumen sin perder esta calidad. Por ahora, confiemos en el éxito que está cosechando a nivel de festivales y reconocimiento, y esperemos que más productoras y televisoras se animen a producir más películas así en España. Yo estoy convencido de que existe el público para ello. Necesitamos más tiempo, y proyectos como este son realmente oxígeno puro.

Millhaven

Una escalofriante melodía nos da la bienvenida al fantasmal pueblo de Millhaven, en donde una joven adolescente canta en voz tétrica sobre hechos horrendos de tortura y asesinato a sangre fría. Aquí en Millhaven, Lottie nos reitera una y otra vez, todas las pequeñas criaturas de Dios han de morir.

“Millhaven” del polaco Bartek Kulas es una de las piezas más inquietantes que he visto últimamente. Una balada demente, compuesta originalmente por Nick Cave y ahora interpretada por Katarzyna Groniec, es el hilo conductor de esta oscura narración, más un video musical que un cortometraje, ejecutado a la perfección en ritmo, atmósfera y eficaz animación.

La joven y aparentemente inocente Lottie es testigo y cronista de hechos terribles y crímenes inconfesos. Poco a poco la tensión crece, la intensidad aumenta, la noche se vuelve aun más oscura. La tenue e inocente voz que nos guía se vuelve inestable y aterradora. Finalmente, casi a gritos, Lottie revela la verdad última de los hechos, la razón por la que estamos todos aquí, la misma por la que nadie saldrá con vida de este pueblo.

La, la, la, lala. Aquí hasta los más pequeños hijos de Dios han de morir.

Goodbye Mr. Christie

Siempre me preguntan a qué me refiero con cine “diferente”. Yo invariablemente empiezo a hablar de otros acabados de imagen, de otros juegos de reglas, de animación más sintética y de narrativas poco convencionales. Como no se me da nada bien la explicación, hoy aquí una película que ejemplifica perfectamente de qué hablo cuando hablo, y qué quiero decir exactamente cuando digo que el mundo de la animación es demasiado grande, y cerrarse a un sólo estilo de este hermoso arte es sencillamente muy triste.

La familia Christie es una familia normal viviendo una vida tranquila de problemas cotidianos, como lidiar con hijos adolescentes o recolectar cupones para ahorrar al hacer la compra. Un buen día, cuando Mr. Christie es descubierto con una cámara de televisión nacional teniendo un amorío improbable con un seductor marinero francés, su vida normal cambiará para siempre, poniendo en riesgo el destino del universo mismo como lo conocemos.

“Goodbye Mr. Christie”, el primer largometraje del genial animador británico Phil Mulloy (de quien hablamos acá hace tiempo), es sin duda uno de los largometrajes que jamás verán distribuidos en una sala de cine común. Tuve la oportunidad de verlo en la última edición de Animac Mostra Internacional de Cinema d’Animació de Catalunya, así como de conocer y convivir unos días con su interesante autor, y debo decir que ha sido una de las experiencias más memorables que me han tocado desde que me inventé que me dedico a esto.

Más que un largomtraje creo que se trata de un concepto logrado traducido a imagen y a historia con enorme eficacia, y esto es lo que lo hace más interesante. Phil Mulloy, decidido a que en animación se debe trabajar en solitario, ha hecho esta película con sus propias manos en su totalidad, bajo un método de simplificación máxima, prueba de que una gran idea y mucho corazón pueden matar cualquier presupuesto.

¿Qué es lo mínimo que necesita un espectador para involucrarse en una historia? Si el espectador de todas formas se genera a sí mismo un espacio tridimensional teórico cuando ve representaciones de personajes en una película, ¿por qué no dejar que lo haga completamente con todos los elementos? ¿Y actores? ¿Se necesitan actores? ¿Se necesita inflección en la voz? ¿Se necesita proveer más información de la necesaria, si el púbico de todas formas impregnará de significado propio todo lo que ve?

Así Phil Mulloy, como nos lo explicó él mismo en una inolvidable master class en la Seu Vella de la ciudad de Lleida, se dispuso a hacer una película con lo mínimo. Utilizó personajes sin rostro, básicamente manchas negras con hoyos por ojos y boca, o sea lo mínimo que necesita la mente humana para identificar un rostro, diferenciados entre ellos únicamente por las proporciones de tan sintéticos elementos. Sólo en vistas frontales y de perfil, sólo en planos cerrados. Y vivos casi exclusivamente por su voz, que es en mi opinión en donde está la gran originalidad de la película.

Utilizando un software de generación de voz digital (nextup.com, que por azares del destino me mostró personalmente), Mulloy básicamente escribió y generó todo el diálogo de la película, únicamente cambiando el tono y la velocidad para diferenciar a los personajes. Así, la película es básicamente una radio novela en tono neutral, sin inflección o carga emocional, robótica, que transmite una serie de eventos desprovista de inflección o actuación. Puede decirse en el mismo tono “Es el fin del universo” que “Te amo” o “Estás abusando sexualmente de mí, violentamente”, o incluso “Voy a matarte”. Pero de alguna forma suenan diferente.

Básicamente Mulloy comenzó a desarrollar este método simplificado, austero, solitario o como quieran llamarle en un cortometraje de 2006 llamado “The Christies”, pero en mi opinión aquí no llega a todo su potencial. El largometraje, si pueden verlo en algún momento, es la consolidación de su técnica, la graduación de su teoría. Increíble que con tan poco pueda interesar al público por más de 80 minutos. Sorprendentemente, un espectador como yo (no cualquiera, hay que decirlo) puede encontrarse envuelto en las peripecias de Mr. Christie sentado al filo de su asiento.

La joya. Mulloy se copió los créditos de “Toy Story” y los puso al final de su película, sólo porque nos han acostumbrado a que una película de animación tiene que ser una enorme producción multimillonaria, casi sagrada.

Acá “The Christies”, el cortometraje de 2006 que inspiró tan poco convencional película. También un teaser que realizó como entrada para el HAFF Holland Animation Film Festival 2010, con la misma técnica. Si creen que existen reglas y axiomas absolutos en el cine, se equivocan. Necesitamos más autores y personas como él que nos lo recuerden.

Don Hertzfeldt

Hoy quiero hacer una recopilación de cortometrajes de uno de los animadores independientes más interesantes de los últimos años, y un favorito de este blog: Don Hertzfeldt.

A sus escasos 34 años, Hertzfeldt ya es una figura de fama internacional gracias a su particular humor oscuro y a su técnica tan característica, dibujando siempre a mano el mismo tipo de personajes con líneas muy sencillas sobre una hoja arrugada en blanco. Su corta pero productiva trayectoria incluye colaboraciones animadas con Mike Judge (“Beavis & Butthead”, “King of the Hill”) en su proyecto The Animation Show, así como un par de nominaciones al Óscar a mejor cortometraje animado.

Lo que me parece más interesante del trabajo de Hertzfeldt es la idea de regresar a la esencia de la animación, a volver a hacer “dibujos animados”, pues sus cortos empezaron siendo básciamente flipbooks que contaban una anécdota sencilla cuyo objetivo era hacer reír, como una historieta. Repitiendo este esquema y sin expandirse a otras técnicas, Hertzfeldt supo encontrar la clave de humor perfecta (y la gráfica que la acompañara) que lo hiciera memorable, marginal y popular al mismo tiempo.

Poco a poco ha ido complicando su discurso, hasta producir la que para muchos, y me incluyo, es su obra maestra “The Meaning of Life”. Vale la pena resaltar cómo es capaz de establecer una idea compleja y profundizar en ella utilizando recursos tan “baratos” todo el tiempo, como el colocar elementos repetidos de su trazo para expresar nuevas ideas, o utilizando un voice acting para muchos rudimentario e improvisado.

Acá primero la obra maestra “The Meaning of Life”, en una liga japonesa que me encontré. Después el divertidísimo “Billy’s Balloon” y uno de sus primeros cortometrajes, “Genre”. Para terminar algunos extractos de sus últimas dos películas, “Everyhting will be Fine” (también nominada al Óscar) y “I am so proud of you”, con la misma técnica y los mismos monitos mezclados con imágenes de acción real, pero sin duda con una idea mucho más clara del tipo de humor oscuro, inteligente y profundo que lo caracteriza.

“The Meaning of Life”

Old Fangs

Tres amigos emprenden un viaje en automóvil por el campo en busca del padre alienado de uno de ellos, quien vive aislado en una cabaña en lo más profundo del bosque. Lobo busca enfrentar a su patriarca, abrir nuevamente viejas heridas y tal vez, aferrándose a algún hermoso recuerdo borroso de él, encontrar algo de redención para ambos.

En tono melancólico y contemplativo pero muy intenso por momentos, “Old Fangs” es un bello road movie comprimido, un doloroso viaje de auto-descubrimiento cuyo fin es conquistar a un fantasma del pasado. El conflicto generacional, la “lucha” eterna entre padre e hijo, se trata con gran delicadeza y ambigüedad, el tono perfecto para transmitir la paradoja del padre tierno y tenaz al mismo tiempo. A veces es proveedor cariñoso, pero siempre en última instancia será depredador.

Tal vez no tiene nada que ver, pero copio un texto que leí por primera vez en la maravillosa novela “Into the Wild” de Jon Krakauer (después adaptada eficazmente al cine por Sean Penn, musicalizada magistralmente por Ed Vedder). El texto es un extracto del poema “The Dead Father”, de Donald Barthelme. Recuerdo cuando lo leí por primera vez. Me estremeció hasta los huesos.

“Have you noticed the slight curl at the end of Same II’s mouth when he looks at you? (…) He is mad about being small when you were big, but no, that’s not it. He is mad about being helpless when you were powerful, but no, not that either. He is mad about being contingent when you were necessary, not quite it. He is insane because when he loved you, you didn’t notice.”

Acá el trailer del precioso cortometraje dirigido por Adrien Merigeau, primero del artista de fondos del fantástico largometraje de 2008, “The Secret of Kells”. Para ver el cortometraje completo en su Vimeo, click acá.

Howard

Esta es la historia de amor desvanecido que rara vez se cuenta en el cine.

Cuando la mayoría de las películas terminan en “felices por siempre”, yo inevitablemente me pregunto por el día a día futuro de la feliz pareja. ¿Qué pasará cuando enfenten algo de adversidad? ¿Y si un buen día amanecen de mal humor, pelean por alguna pequeñez y alguien dice algo imperdonable? ¿Qué pasará si, sencillamente, se les cruzara alguien más atractivo para ellos? ¿Y si la naturaleza del amor es expirar, desvanecerse? ¿Y si fuera más un petardo que una llama eterna?

“Howard”, bello y triste cortometraje de Julia Pott, hace la reflexión mediante el monólogo interno de una mujer detonado por un encuentro casual con un viejo amor. Brutalmente honesta, la mujer explora sus sentimientos iniciales hacia su ex-pareja y las transformaciones que han sufrido con el tiempo. Un intento en vano de explicar por qué aquél objeto de deseo ya no lo es tanto, y ahora se ha vuelto irritante e incómodo. Este melancólico proceso finalmente llega a la dura realización de que es hora de seguir adelante y continuar buscando.

El hecho de que sea animación, de que se trate de ositos y monitos pintados en movimiento, ¿hace menos desgarradora la decisión de la mujer de inevitablemente destrozar el corazón de su enamorado al comunicarle su decisión? ¿Todo lo contrario?