When the Day Breaks

Tal vez no hay tema más trillado que el de “todos estamos conectados” o “cualquier encuentro casual puede cambiar el rumbo de una o varias vidas”. Hemos visto cientos de películas con el tema hasta el cansancio, y francamente, ya no queremos más.

O así me sentía yo antes de conocer “When the Day Breaks”, el reconocido cortometraje de las animadoras canadienses Wendy Tilby y Amanda Forbis, producido, obviamente, por el National Film Board en 1999. Es el mismo tema, pero no se puede empezar a describir esta obra sin llamarle “original”.

Señor Gallo revisa su lista del supermercado un día por la mañana, antes de salir a hacer la compra mientras, en otro lugar, Señora Cerdo se prepara un rico desayuno de cáscaras de patata con leche. Al darse cuenta que la leche está echada a perder, decide salir al supermercado para poder desayunar a gusto. Un encuentro accidental en la calle entre estos dos personajes, un momento de distracción y sus consecuencias, será suficiente para demostrar, una vez más, la casualidad y causalidad de nuestras interacciones.

Primero la técnica. Wendy Tilby y Amanda Forbis deciden grabar todas las acciones en video, con personas disfrazadas, para después rotoscopiar libremente la animación, obteniendo un resultado genial, donde el movimiento fluye naturalmente para dar realidad a personajes irreales. Encima del video, su dibujo tradicional, educado claramente en escuela de arte, da vida a animales actuando como personas, o a personas que son animales, como quiera verse.

El gran valor de “When the Day Breaks” reside, en mi opinión, en el montaje. La decisión de narrar esencialmente con planos de detalle es arriesgada, pero a fin de cuentas genial. Tanto en momentos de alta tensión como en escenas cotidianas, solamente se ve el detalle, la acción mínima. No existen momentos más determinantes que otros. Todos lo son, en mayor o menor medida, pero no nos damos cuenta. Así seguimos viviendo lo mismo, sin percatarnos de que vamos todos juntos, nada más porque nuestras conexiones se han modernizado con la urbanización, y se han hecho prácticamente invisibles e irreconocibles.

Pero uno de esos momentos, que parecerá como cualquier otro, será distinto porque será el último. Atrás quedarán historias que no se conocen, que se olvidarán, como siempre ha ocurrido, como parte de lo que somos colectivamente, un eterno proceso de cambio. Los que quedan, tarde o temprano, seguirán con sus vidas. Y el sol siempre saldrá de nuevo.

1 thought on “When the Day Breaks

Leave a comment